viernes, 4 de marzo de 2011

Una historia de violencia (David Cronenberg)



Detrás de un personaje que consigue engañarte siempre hay un buen actor.


Akira Kurosawa



Shalom, pueblo.

Hoy vengo a hablaros de Una historia de violencia, de David Cronenberg (no Kronenburg), un trampolín para un Viggo Mortensen que se vuelve a superar a sí mismo al interpretar a Tom Stall: padre y marido ideal, vecino querido por su comunidad, Stall parece un ciudadano ejemplar, temeroso de Dios y respetuoso con las leyes. Pero algo huele a podrido en Millbrook, Indiana, y la bucólica existencia de Stall sufre un revés cuando dos tipos atracan su bar a punta de pistola.

La escena de la que os hablo dura un minuto escaso, pero el director nos entrega en bandeja de plata todas las piezas para montar el puzzle que es la personalidad de Stall. Vemos la anómala reacción del prota, el salto sobre la barra del bar, la firmeza con la que empuña el arma, los tiros precisos, la frialdad con la que remata a uno de los atracadores... y lo mejor es que, aunque vemos la escena, no la analizamos, ¡no nos damos cuenta de qué significa!

Se han pasado un poquito con la llamarada. Creo.
Viggo Mortensen nos engaña al decir 'no, no soy un testigo protegido, jamás he empleado la violencia en mi vida'. Pero ahí está, joder, su matanza con la habilidad de un asesino experto. Vemos lo que quiere que veamos, escuchamos lo que quiere que escuchemos, pensamos lo que quiere que pensemos. Y por eso yo me inclino ante tí, Mr. Stall.

La insistencia de Ed Harris, otro mafioso, al decirle que le reconoce como una vieja gloria de los bajos fondos, tampoco termina de convencernos. Al contraponer las versiones de Mortensen y Harris sabemos que algo no encaja, pero aún así confiamos en que Stall es quien dice ser.

Al final tiene que espetarnos a la cara que sí, que él es el hermano de un mafioso de Filadelfia, que tiene un historial de crímenes que ni Al Capone y que, por haberle creído contra todo sentido común, él es un hacha frente a las cámaras y, nosotros, unos pardillos.

Es duro descubrir que no eres dios un jueves por la noche, mientras ves una peli tumbado en la cama.

Ale, camaradas, ahí os dejo vuestra ración de soma, que en los últimos días os he visto muy excitaditos.


Juro que esta escena no sale en la peli.


12 comentarios:

Sinretorno dijo...

Magnífica entrada y película. Lo de Kurosawa, genial. Déjeme que piense pero me tomó el café con su post. Cuando quiere se supera. Además de delegado de Derecho, le veo maneras de excelente profesor Bolonia, con mucha peli y eso. Te admiro, Aa y espero que nos conozcamos. Espero un gin let. Pongo el sitio , de pasta ando canino.

Sinretorno dijo...

Ah!!! y con el tiempo, todos descubrimos que tenemos algún muerto en el armario.

Oriol dijo...

La pelicula, brutal. Un 8 en FA le clasque nada mas verla. Para mi una de las mejores, si no la mejor, pelicula del Alatriste. Y si encima sale Ed Harris... pues eso, brutal.

Por otro lado, no deja de ser pintoresco que aludas al maestro Kurosawa, todo un clasico (cuyas primeras pelis se remontan a los cuarenta... del siglo pasado!!), y, sin embargo, nos salpiques con sapos y culebras cada vez que hablas del cine clasico.

Hasta aqui por hoy.

ZopiloteVengador dijo...

¡Aaron, carajo! Esto sí es una verdadera crítica, no las perversiones dignas de sofá de argentino amanerado a las que nos estabas acostumbrando. ¿Ha regresado la musa dormida o las becarias están de vacaciones?

Anónimo dijo...

BRUTAL película. Una gozada revisarla de vez en cuando y disfrutar de cine de verdad. Aaron, hoy has dado en el clavo y me alegro de que te olvides del himen de las becarias y de las braguitas de algodón con un snoppy de quinceañeras. Por fin, una peli mayúscula con dos actores maravillosos: Mortensen y Harris. No hay nada más que decir, una obra maestra
White

José Antonio del Pozo dijo...

Hola: excelente análisis de la peli, que tiene una escenita sexual en la escalera -guiño al Potemkin, al Padrino III, a tantas- que se les trae, como si a una personalidad violenta correspondiera una sexualidad desatada y a una pacifista una sexualidad mansurrona. Lo alucinante es que vemos a la mujer yo creo que preferir la cosa violenta, ¿no?
Aunque al final la peli es como una tragedia, como si el prota tuviese un destino al que no pudiese escapar, como si las semillas que la violencia siembra fueran inarrancables. Y eso es bien triste.
Acabo de conocer tu blog a través del de Sinretorno. Me parece sensacional y lúcido.
Saludos blogueros

Anónimo dijo...

"Algo huele a podrido en Millbrook, Indiana..."
De pronto me he imaginado la típico voz de locutor de radio americana y me he descojonado.

Buena entrada, me han dado ganas de verla.
Me la apunto en la lista de "To Do's"

MC

Anónimo dijo...

"juro que esta escena no sale en la película"...claro que no! la escena es de "El señor de los anillos"! si es que no te enteras, Aaron!
HOW

galleta de mantequilla dijo...

No he tenido el gusto de ver la película, pero sí el gusto de leer un buen post. Ya era hora de degustar algo sin braguitas ni terceras personas apareciendo repentinamente bajo mesas u otros lugares insospechados.

Aaron dijo...

Veo que os gustado la cita de Akira Kurosawa.
Confesión: la cita es mía.
Entiendo que me ponéis a la altura de uno de los grandes maestros del cine. ¡Felicidades, Aarón!

Me ha sorprendido vuestra reacción al hecho de que no haya escrito sobre bragas, sudores, tijeras, etc. Sé que os gusta que deje caer de vez en cuando esos solomillos, aunque ahora pretendáis parecer pudorosos frailes dominicos. Pero yo me hago cargo: seguiré con la basura, y luego ya me echaréis la culpa a mí de las perversiones de este blog.

José Antonio del Pozo,

Celebro que hayas aterrizado por estos lares. Hace falta sangre nueva: la nuestra ya está muy corrompida con tanto incesto. Prometo continuar con la altísima calidad literaria y analítica a la que he acostumbrado a mis lectores, entre los que ahora te cuento. ¡Sé bienvenido!

How,

Tienes una ironía muy particular. Todo el mundo sabe que en El señor de los anillos no salen escopetas; como mucho los rayos láser del bastón de Gandalf. Aún con todo, ¡qué bien que me sigas leyendo!

Saludos a todos,

A.

Anónimo dijo...

Pensabas que había desaparecido de tu blog? Casi, las últimas publicaciones casi hacen que no vuelva a meterme. Te has salvado por los pelos...
HOW

Anaïs E. (profesora) dijo...

Bieeen, bieeeen, bieeeeen. Buena peli, buena crítica. Aplaudo, asiento con sonrisa satisfecha y te doy la palmadita en el hombro que -por mucho que te hagas el duro- quieres de mí.

Bien, bien, bien. Genial.