martes, 21 de diciembre de 2010

Sáhara (Breck Eisner)



Estoy hasta los cojones de Penélope Cruz. ¿Porqué tiene que ser tan retrasada? ¿y tan imbécil? ¿porqué sale en tantas películas? ¿cuantas pollas come? ¿eh, eh? A ver.

Es una auténtica pena que esta tipa aparezca en Sahara, porque la infecta entera. Es como un virus superpotente que se extiende por todo el cuerpo, formándo pústulas y bubas negras: algo atroz que todo lo emponzoña. Y es que Pe no deja nada vivo. Ella, con tanto morrito, con tanto artificio y tanta pose, se convierte en la asignatura pendiente de un filme que cumple en lo demás: Matthew McConaughey y Steve Zhan son agradables y con pinta de surferos en medio del Sáhara tuareg (target femenino satisfecho), buena BSO, buena fotografía postal, una interesante mezcla de acción y humor, blablabla.

Aunque Sáhara no merece ni un sólo premio académico, es capaz de entretener en una tarde tontorrona en la que no sabes qué hacer aparte de tirarte en el sofá abrazado a tu becaria favorita. Es entretenida y fresca, juvenil, sin giros bruscos ni sorpresas exageradas. La becaria se deja querer, sí. Mmmm... Jajajajaja.

A lo que iba: como en tantas otras películas, el director tira del tópico de una leyenda centenaria que, de alguna forma u otra, engarza con el presente y da cuerpo a la historia. Aquí, la leyenda es un destructor de la Guerra Civil norteamericana varado en medio del desierto africano (con dos cojones); la consecuencia: unos vaqueros buscatesoros que descubren que alguien envenena a los pobres negritos de Níger, o Chad, en fin, no importa de donde.

Porque, sinceramente, acaban dándome igual los putos negros, y sus intoxicaciones y su muerte agónica. Yo sólo quiero que le peguen un tiro a Pe. ¡Y no me satisfacen! Los guionistas, digo.

¿Tan jodidamente difícil era añadir en el guiónEn medio del intenso tiroteo, una bala alcanza a Pe en la bocaza, arregándosela pero provocando su (festejada) muerte en el acto”?

Porque película que PERPETRA Penélope Cruz, película que estropea. Si era buena, ahora es mala; si era mala, con Pe es peor. Pe de peor, jiji. Qué cachondo soy.

En serio, ¿a quien gusta esta mujer? Aún no conozco a nadie. En España sólo le quiere Bardem, lo que ya dice mucho de ella. Y en el extranjero, Woody Allen, ese judío que ha terminado percutiendo a su hijastra (algún día haré públicos los SMS que se enviaban. Woody, mamón, ingrésame la pasta).

A ver... qué más puedo decir de Sáhara y Penélope Cruz... no sé, estoy cansado. Y aburrido. Hablar de esta barragana...

Galleta de mantequilla: Di puta Aarón, no te cortes.

de esta PUTA me cabrea. Porque ella está forrada siendo una inútil, y YO no.



Y vosotros, crápulas, comentad un poco los posts, que aquí TODO EL MUNDO lee y nadie dice nada.



Aur revoir. Me voy a cebar a cochinillo estas Navidades.


Obsérvese el gorrito mongoloide de Penélope


Excelente postura para apuntar, Pe. Tu siempre tan natural.


viernes, 17 de diciembre de 2010

La red social (David Fincher)


Shalom a todos.
He vuelto. Por favor, fans a la derecha, gilipollas a la izquierda. Becarias, agachadas frente a mi.

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Buscar: Mark Zuckerberg
Enviar mensaje.
Asunto: Buitre.
Mark, payaso, me importa un carajo cómo creaste tu empresa y cuantos millones ganas. Lo importante, lo verdaderamente importante, es si tu secretaria está buena (¿lo está? ¿es negra? ¿asiática? Pillín...). Y es vital tener dos o tres becarias solícitas y sin escrúpulos. That's my advice.
Enviar.

La película de la vida de Mark, y de su máxima creación, me pareció un aburrimiento. Una puta mierda sin orden ni control: la historia de un loser que no percute y sólo bebe. De un paria social que de repente pare el embrión de un negocio multimillonario. Chachi. ¿Pero a quien le importa todo eso? A nadie.

Decidme, os lo imploro: ¿por qué fuisteis a ver La red social?

Me ha llegado que la campaña de la película se hizo exclusivamente a través de Facebook. Y que TODOS quienes han ido a verla la recomiendan para no sentirse los únicos estúpidos que pagaron 7'5€ (6'5€ con carnet de estudiante) a cambio de perder su tiempo.

YO (en mayúsculas, sí) lo único que saqué en claro de La red social es que Mark está forrado, que cortó algunas cabezas y que la maquinaria del ligue cibernético está bien engrasada.

¡Desde ahora la belleza y el tamaño no importan si eres Mark Zuckerberg! Sign of the times.

¿Sabíais que la película no pretende hablar del nacimiento de Facebook sino de la revolución que supone en el terreno del ligoteo? Triste pero real. Desde que el gilipollas de Mark tuvo su genial idea la estrategia ha cambiado: ya no agarramos a esa puta por los pelos y la arrastramos a la cueva. Ahora le enviamos mensajes por el ciberespacio con poemas y fotos de ositos de peluche.

Desolador.

Dos horas justas de autocastigo junto a Justin Timberlake. ¿Se puede decir algo más?



Cuatro tíos frente a un PC sólo pueden estar haciendo una cosa: fichar muñecas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un ciudadano ejemplar (F. Gary Gray)

Hoy contamos con la participación de Pentesilea, que gentil e indirectamente se ha ofrecido a dar un nuevo punto de vista de lo que es el cine y, en concreto, de la película Un ciudadano ejemplar.

Sin más preámbulos, pues los gurús del Séptimo Arte como ella no necesitan presentación, ¡adelante!

Estimado Aarón:

El miércoles por la noche asistí horrorizada a un espectáculo violento y en 2D. Era una película. Lo aclaro porque sé que eres un retarded y que escapaste al puño de Hitler. A aquellos 108 minutos les bautizaron como Un ciudadano ejemplar.
Como no soy superficial como tu, no diré que la película me gustó sólo por haber mojado las braguitas al ver a Gerard Butler. No haré tal cosa: YO sí entiendo de cine, sí sé criticar los filmes a base de cavar profundo, y sin ese áurea de idiotez que a ti te rodea.


Me has cansado, Pentesilea. Ya sigo yo, ve a tomarte la pastillita.

Un ciudadano ejemplar es el relato de un viaje de venganza personal. Un padre, Butler, ofendido porque la Justicia norteamericana no ejecuta a los dos asesinos (A y B) de su mujer e hija, decide desenterrar el hacha de guerra y empezar su cruzada particular.

Por eso la película es todo acción: Butler desaparece tras el juicio; pasan 10 años; el homicida A es asesinado; el delincuente B es asesinado; Butler es detenido; se confiesa culpable; desde la cárcel empieza a matar a todos los que le negaron Justicia en su día; Butler es asesinado en su celda. Fin.

Aunque pueda resultar atractiva por las altas dosis de violencia, la película no cuenta nada. Ves que ocurren cosas, sucesivas en el tiempo, y que todo forma parte de un plan. Pero al faltar diálogos profundos (la película los merece) y desconocer la psique de Butler (el director se olvida de que no es sólo un robot asesino), todo está bastante vacío.

- Su yogurt de kiwi. Saboréelo.
- Gracias.

El director, que se da cuenta de las carencias de la película, intenta solucionarlo planteando rápido y mal, superficialmente, un debate: 'ciudadano vs injusticia: ¿es moral ser un justiciero por las bravas?'

El protagonista, que es un ejecutor nato y no un orador, no convence cuando el bueno, que es un negro, tenedlo en cuenta la próxima vez que zurréis a uno, y joder con la corrección política, le plantea esta pregunta. 'Alguien tiene que hacer el trabajo sucio', viene a responder Butler. Y sonríe. El muy cachondo. A mi me cae simpático, con esa habilidad para poner bombas y ese cinismo entre cuatro paredes de hormigón. Pero es un descerebrado que no se pone límites; es simple, vulgar, ladino, casi cobarde.

Pero pone bombas, y eso a la chusma le divierte siempre y cuando no estén bajo su coche.

Su presupuesto: 53 millones de dólares.
Su recaudación: 126 millones de dólares.



Muestra de las imagenes que forran la habitación de Pentesilea

viernes, 3 de diciembre de 2010

Sentido y sensibilidad (Ang Lee)

Si eres mujer, es probable que en un arranque de romanticismo bobalicón hayas visto Sentido y sensibilidad. Si eres hombre, decididamente no tienes ni idea de todo lo que vas a leer a continuación; a no ser, claro, que seas un calzonazos o hables con acento argentino, en cuyo caso no pondría la mano en el fuego sobre si has visionado o no la abominación que es esta película.


¿Qué se puede decir de un filme basado en un libro de Jane Austen? Pues que como ella, es aburrido, infantil, sensiblero, soso, cansino, cargante, simplón, patético. Stop. Podéis continuar vosotros.


Anoche, reconcomido por la vergüenza de no haber visto in action a Don Vito mucho antes, ejecuté contra mi persona una tortura que pocos hombres de pro aguantarían: 135 minutos de Sentido y sensibilidad. ¡Más de dos horas! Al final tuve que devolver a las autoridades mi carnet VIP de macho alpha. Puedo decir que creo sinceramente haber purgado mis pecados. De sobra.


Sentido y sensibilidad es el clásico ejemplo de cómo un mal guión deja en ridículo a buenas actrices y/o actores (¿te has fijado en mi sensibilidad con la causa feminista, Bibiana Aído?).

Emma Thompson, una actriz madura, curtida en proyectos de gran calibre (mmmm) como Mucho ruido y pocas nueces o En el nombre del padre, sabe dar a sus personajes la seriedad que merecen, el toque de humor adecuado, no es estridente ni artificial. Es una profesional de los pies a la cabeza. Su problema: un mal agente. Le han engañado para que se prestase a participar en este eterno bostezo de Ang Lee, el de los cowboys invertidos (una de cal y una de arena, Bibi) y el Óscar de consuelo.


El otro pilar de la película es Kate Winslet, que desde que nos deslumbró, porque lo hizo, en Titanic, podemos considerar que ha resarcido el papel de niña tontorrona y con episodios maníacos, sus paseos bajo la lluvia en medio de la verdísima campiña inglesa, y sus ridículos vestidos confeccionados con delantales del IKEA... imágenes que nos asaltan a cada instante durante la película y cuando intentamos dormir.


Alan Rickman, Hugh Grant, Hugh Laurie. Tres tristes tigres comen trigo en un triste trigal. Secundarísimos papeles que no pueden explotar porque Jane Austen o Ang Lee han decidido apostar firmemente por la discriminación positiva en favor del pubis frente al glande. Así estamos, amigos. Y así salen las cosas: un pastelón eterno que desde el minuto 2 esperas termine pronto.


Seré aún más claro: no la veais, no la alquileis, no la recomendeis.


Regaládsela a vuestros enemigos.



Mi amor, recogeré margartias afuera mientras ensartas a mi hermana.