lunes, 14 de marzo de 2011

Las dos caras de la verdad (Gregory Hoblit)



Las dos caras de la verdad es la historia de un engaño.

Edward Norton, con 27 añitos es Aaron Stampler (19), un joven monaguillo que ha sufrido abusos desde la niñez. A este chico maltratado la suerte parece sonreirle cuando el obispo de la ciudad le acoge en su cálido regazo y le cuida como a un hijo. Pero claro, ¿qué sabe un obispo de cuidar a un hijo? Nada. Entonces ocurre lo inevitable: el obispo le obliga a participar en vídeos caseros con otros monaguillos. Porno amateur, lo llaman ahora. Lo más cotizado en internet, aunque el pastor pecaba de nuevo, esta vez de egoísmo, y no colgaba esas obras de sacristía. Eran de consumo propio.

Esto, claro, afecta al joven Aaron Stampler, con nombre judío y un culito aterciopelado que hizo brincar en su sillón a las amigas con las que ví la película (¡admitidlo ya!).

Al grano: Aaron mata a su chulo, pringándolo todo de sangre. Y por graffitero le detienen y le encausan. Pobre Aaron: ¡las 78 puñaladas y la extirpación de los ojos eran en legítima defensa! Jo, qué mundo injusto este.

Nosotros, los espectadores, sospechamos que, efectivamente, el monaguillo es el asesino, aunque su abogado, Richard Gere (viejo canoso pero aún con pretensiones -suspirad, chicas-), insista en decir que es presunto. Aaron juega bien sus cartas y se inventa una doble personalidad, Roy, que le domina y hace como de Gollum, matando, destripando, limpiando la ciudad de animales y pederastas. Bien por Roy, a quien creemos y admiramos.

  • Ahora los monaguillos entonarán el salmo XXIII. No se vayan, disfruten de su postre – dice el obispo, en una conferencia al inicio de la película.

Qué reveladoras son estas dos frases concatenadas del pater. Qué juego de palabras tan subliminal, tan discreto. Sólo alcanzamos a relacionar los términos monaguillos y postre cuando Richard Gere descubre, en un armario del obispo, los vídeos secretos para uso personal a los que ya me he referido en el primer párrafo.

Total: que es una película con dos sorpresas, pero amargamente gris, aburridilla, para una tarde lluviosa de sábado. Las dos caras de la verdad pasa y debe pasar desapercibida en el inmenso mar que es el cine y también, y más concretamente, en la filmografía de ese astro que es Edward Norton, al que perdonamos por ser su primera interpretación (dato: en 1998, sólo dos años después, nos deslumbraría con Derek Vinyard en American History X).


¡Con todo el respeto, señoría, 78 puñaladas sí son legítima defensa, maldito tarado!


14 comentarios:

Mireia dijo...

Primer comentario, ¡menudo honor!

Así que hay varias escenas en qué las féminas tenemos grandes opciones de suspirar, ¿eh? ¡Habrá que verla!
Aunque Edward Norton nunca ha sido santo de mi devoción...

Confiesa, Aaron: viste la película porque leíste las palabras "porno amateur" en alguna sinopsis. Cómo si no lo supiéramos...

JEP dijo...

Aaron, pedazo de fraude, deja ya de martirizarnos con estas bazofias que comentas. Reconócelo, solamente elijes películas en las que puedas usar términos como "culito aterciopelado".

Tu único objetivo en esta vida es el de decir las mayores barbaridades y luego poner cara de: "¡Jo, qué malo soy!".

Pues que sepas que tu blog ya me aburre, y voy a empezar a seleccionar mis participaciones. Uno tiene que mantener su caché y con esto lo pierdo.

Oriol dijo...

Chaval, la vi hace tope de tiempo ya y solo recuerdo que Edward Norton,a pesar de tu critica, lo borda y que el Gere, una vez mas, nos demustra que tiene la misma expresividad que un mejillon.

galleta de mantequilla dijo...

Me aburrió soberanamente. Es una película predecible, lenta y con argumento de mierda.
A mi Richard -lo tuteo con tu permiso- me parece un actor pésimo. Es de la clase de actores que nunca puedes ver al personaje a través de ellos. Es como, salvando las distancias, ese actor... el ex de Pe. Cómo se llama... Matthew Mcconaughey. Ahora sacará una "peli seriota", de las de abogados y tal. Inevitablemente, cuando la vea -siempre pirata porque por este no pago ni de coña- veré al protagonista de "Cómo perder a un chico en 10 días", "como locos a por el oro", etc. (Vale, reconozco que he mirado las pelis en google, y qué). Pero es cierto. Viendo a Richard veo a Julia. Esta clase de actores apestan.
A pesar de todo, me ha gustado tu crítica, Aarón. Y creo que Edward aprueba. es más, hace un papelón.

Pentesilea dijo...

Aun a riesgo de exponerme a un linchamiento blogueril, diré que me encantó la película.

Juicios, abogados enfrentados en un caso en el que además de la vida de un cándido monaguillo se juegan esa satisfacción de "quedar por encina de tu ex", y cómo no mi adorado EDWARD NORTON. Para mi, una combinación suficiente para convertir el film en uno de mis preferidos.

Sólo le quitaria ese tema tan recurente y morboso de obispos corruptos y pederastas. Demasiado manido.

Galleta: te pareció previsible? Lo de que Roy saliera a relucir en pleno juicio librando al pobre monaguillo de toda culpa, vale. Pero también veías venir que todo aquello de la bipolaridad era una maniobra del monaguillo y que su verdadera personalidad era la del asesino consciente y traumatizado? No lo creo.

Es una película de esas que te dejan pensando con una leve sonrisa mientras salen los créditos ya que, aunque el monaguillo resulte ser un cruel asesino, durante la peli le tomas cariño y eso de que se salga con la suya te encanta...

Tardà dijo...

A mi no me desagradó. No es el peliculón del siglo, pero es entretenidilla. Si,lo de obispos pederastas es facilón y algo pillado por los pelos, pero Edward no lo hace mal. Y no estoy de acuerdo con que Richard Gere sea mal actor. Tampoco estoy de acuerdo en llamarlo actor.

Sinretorno dijo...

Tranquila Penta, a mi me encantó también. Era una profecía de lo que se venía con la pederastia, que por cierto afecta al 3 por ciento de la población y en aumento, porque cuando el sexo pierde coherencia se dispara hacia patologías médicas, aunque nadie dice que sean patologías, pero miren cualquier manual de medicina normal. Miren en parafilias, por ejemplo. Sino Aarón les dará bibliografía. Muy buen post. El chico joven es un puto genio. American History, truco final, el club de la lucha. es una buena peli y un buen palo para abogados deseosos de ganar causas perdidas y de siquiatras que se creen cualquier cosa. Me quedo con 78 puñaladas es legítima defensa. Animo Aa, el caché de algunos es bajo bajo.

Sinretorno dijo...

Es el ilusionista creo, no el truco final. Tengo demasiadas pantallas mentales abiertas, dice mi siquiatra.

galleta de mantequilla dijo...

Pentesilea, que tanta trama termine con un trastorno real como final, dejaría a la película como una auténtica porquería. Obviamente tenía que haber más miga, así que, sí, pensé en que Aarón fingía. He tenido suerte al adivinar la trama... Pero desgracia porque por eso no me ha gustado. Puede que sea por el tema, que es facilón.
Yo no creo que el Roy estuviese traumatizado. Trastornado puede que sí, por eso es asesino.
Insisto en que Edward hace un papel bestial, pero Richard Gere, pobrete. Siempre es Richard, nunca es personaje.

Aaron dijo...

No jodas, Galleta.
La doble personalidad de Aaron Stampler es tan imprevisible como que Yoko Ono haya muerto tragada por el tsunami de Japón.
Aunque también es cierto que cuando estás en tus días de regla te vuelves más perspicaz.

Todos los demás son excelentes comentarios que examinaré a posteriori y durante horas de sesudo análisis.

Confiesa, Aaron: viste la película porque leíste las palabras "porno amateur" en alguna sinopsis. Cómo si no lo supiéramos...

¡Yo confieso! Ese día estaba tristón y apunto de ir a pasear a solas por la ciudad, pero fue entrar en el videoclub y oler desde la distancia las feromonas de Edward Norton que, como todo el mundo sabe, espolvorea en todos los DVD's en los que aparece.

Y ahora, adiós, corro a esconderme. La Interpol acaba de trincar una red de pedofília mundial y no me han cogido por los pelos.

¿Bomboncito? dijo...

Una idea para ti, “Cajeros”: las pelis hay que verlas lo más cerca posible de su estreno, porque pocas sobreviven con dignidad al paso del tiempo. El argumento de ésta puede parecer muy trillado hoy, en pleno S.XXI, cuando hasta un anuncio de papel higiénico es erótico-pornográfico y la realidad ha superado con creces la ficción de curas pederastas, vejaciones sexuales, aberraciones vitales... Pero en 1996, el retrato de la depravación de un arzobispo hipócrita fue valiente por novedoso todavía, cruel e impactante. Norton obtuvo tres nominaciones como mejor actor de reparto; merecía haber ganado alguna. Por lo demás, comparto la opinión generalizada de Richard Gere; es inexpresivo hasta el aburrimiento.
Hala, arreando. Y a ver si de una vez pillas una porno de verdad y te atreves a comentarla en voz alta, en lugar de tragarte pelis/series -aún no he superado esa de los gladiadores, romanos o no sé qué pandilla de tíos depilados y con mechas que me obligaste a ver en Cuatro-, con la única excusa de encontrarte con algo sucio.
PD: Cajeros, ¿les has explicado a tus amigos por qué te pusimos el mote?
Bss, tu ex jefa.

galleta de mantequilla dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Bombón. Pero eso no quita que la película sea, a mi entender, facilona. Puede que le diese otro aire más interesante si el papel de Richard lo hubiese hecho otro actor un poco más vivo...
Respecto a tu "Cajeros", sólo decir que le creía un poco más avispado.¿Qué pasa?, ¿tantas críticas a tantas películas y no has aprendido a leerlas? Cuando veas una película , chiquitín, hay que pensar en todas las posibilidades. ¡Date el gusto de ser imprevisible! Sino poco disfrutarás de los argumentos si los tomas ya masticados.
Ánimo, que se que sabes hacerlo mejor.

Anónimo dijo...

Película fallida. Ese chusco giro final no soprende a nadie y el desdoblamiento de personalidad de Edward Norton resulta patético... Igual de patético que el tufillo pederasta que siguen despidiendo muchos comentarios de Aaron. En la próxima redada de la Benemérita seguro que aparece implicado y acabará con sus huesos en el talego, donde será carne fresca para todo tipo de hjomosexuales marginales adisctos a la heroina.
Guillewhite

Oriol dijo...

Bomboncito la clava: en 1996 no se metía con los obispos ni Dios.

Mas aun, Bomboncito borda todo el post. Un verdadero hallago, la tal Bomboncito.